miércoles, 10 de enero de 2007

Duro día de compras, II


La pobre dependienta, al ver mi cara, ha sacado un nuevo modelo, que me recordaba más aun a la moda de tiempos de mi tatarabuela, y al añadir que era la talla 100 casi me da un síncope. ¡La talla cien no la gasta en el mundo más que las mujeres que han parido y dado de mamar a más de 8 boquitas hambrientas! Mi desesperación rallaba la tragedia griega.


He empezado a considerar la posibilidad de pasar por un quirófano y de soltar una millonada de euros para que la cirugía haga por mi lo que no ha hecho la cruel Naturaleza, cuando al final, ha aparecido con uno más discreto y más de mi estilo, negro riguroso. Me lo he probado, y en esto ha aparecido mi madre, que ha dictaminado que eran pequeños. Así que me he ido de la tienda con la talla 105. ¡Angustia, desesperación, horror de los horrores! Pero para que me calmase, me ha sacado de las bolsas la ropa que me he comprado en Zara (en contra de mi voluntad), y …¡magia potagia! Me sentaban divinamente, no me hacían parecer una actriz porno, era perfecto!!!!!


Me he ido de la tienda contentísima, cual grácil gacela en sabana africana he subido a casa, me los he puesto, he enganchado a mi perrita para ir a pasearla al parque, sintiéndome la más guapa de la calle, de la ciudad, casi casi de la provincia entera, con mi nuevo sujetador reduce-talla y con tirantes de silicona. Esperaba a mi madre, sentada en cuclillas, cuando ha venido un rumano a decirme que, con semejantes pantalones y en semejante posturita… se me veía el culo!

Salimos de un problema y nos metemos en otro (en este caso, inexistente, os lo garantizo).


La vida de la pseudo-maciza es muy dura!

1 comentario:

Tamaruca dijo...

Yo también tengo los genes tetudos de mi abuela, mi madre y mi hermana son planas cual tablas de surf. Cabronas. Y encima dicen que tienes suerte: JA!

:'(